Apenas a unos 15 kilómetros del centro de la capital tucumana se ubica la REHM (Reserva Experimental Horco Molle), área protegida que comprende un total de 200 hectáreas y depende de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Tucumán y el Instituto Miguel Lillo.


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Reserva experimental Horco Molle en Tucumán (REHM)

Unas 18 hectáreas se hallan cercadas y albergan una amplia variedad de fauna autóctona en libertad, si bien algunos animales están en jaulas especialmente acondicionadas. No se trata de un zoológico común, sino que el compromiso de esta reserva consiste —además de exhibición y visitas didácticas para niños y adultos— en rescatar y rehabilitar animales para luego reinsertarlos en su hábitat natural.

Si bien la prioridad de la reserva es cobijar solo especies autóctonas, sus autoridades se ven obligadas a recibir animales salvajes que entrega la gente, pero que han sido criados en hogares como mascotas y por tanto han perdido sus instintos naturales. El personal especializado de la reserva se encarga de colocarlos juntos a otros ejemplares de su especie para que recuperen su instinto y puedan ser devueltos a su hábitat original.

Según consta en su página web, la reserva también hace hincapié en la educación ambiental, que se traduce en los contenidos de las charlas que se realizan en las visitas guiadas (evaluando contenidos y armando guiones que permitan transferir información científica a la comunidad y al turista de manera pedagógica).

 

¿Qué visitar en Horco Molle?

Dentro del perímetro de las 18 hectáreas cercadas hay una laguna, poblada de mamíferos, aves, tortugas y lagartos. Las especies más valiosas presentes en la reserva, debido a que se hallan en peligro de extinción, son el oso hormiguero y el tapir.

Las especies de mamíferos allí presentes son puma, ocelote, gato montés, yaguarundí, hurón, zorro del monte, carpincho, gualacate, quirquincho, pecarí de collar, llama, guanaco, vicuña, zorro gris, zorro colorado, ciervo y corzuela.

Asimismo conviven allí reptiles como yacaré, iguana, lagarto overo, lampalagua y tortugas terrestres, barrosas y de laguna; y entre las aves se destacan el águila mora, halcones, aguiluchos, suris, lechuza de campanario, gallareta, urraca, boyerito, gansos, patos criollos y loros tanto barranqueros como habladores.

Respecto a la educación y concientización de los chicos, vale destacar la reciente publicación del libro Mascoteros, que enseña a los niños la diferencia entre animales domésticos y silvestres, procurando evitar el extendido «mascotismo» irresponsable. El libro puede adquirirse allí mismo y sus autoras son las licenciadas Natalia Dávalos y Ana Paula López.

 

¿Cómo suge Horco Molle?

La Reserva Experimental Horco Molle nació en 1986 (con la creación del vivero, la huerta y una sala de mantenimiento). En 1987 se construye la casa-laboratorio y la cerca perimetral y un año más tarde se inaugura oficialmente, aunque recién en 1989 es abierta al público y comienzan las visitas guiadas.

Los objetivos puntuales de su creación son brindar educación ambiental a la comunidad, promoviendo una transferencia de los contenidos al público concurrente para concientizarlo sobre la conservación del medio ambiente; servir de laboratorio de campo para la Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo; capacitar y formar recursos humanos; la conservación de especies faunísticas y botánicas autóctonas; y el rescate y rehabilitación de fauna.

A futuro, la Reserva Experimental Horco Molle se perfila como centro de referencia en todo lo relativo a educación ambiental, rescate y rehabilitación de fauna y programas de conservación de especies y ecosistemas, priorizando los proyectos multidisciplinarios y una visión cooperativa entre áreas.

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