Ubicado apenas a 25 kilómetros al norte de San Miguel de Tucumán, el dique Celestino Gelsi —popularmente conocido como «El Cadillal», tal el nombre de la popular villa veraniega allí emplazada— ofrece un remanso de paz y aguas tranquilas con amplia oferta de esparcimiento.
Contenido del artículo
- 1- Dique El Cadillal en Tucumán
- 2- Actividades en el Dique El Cadillal
- 3- Historia
- 4- Datos de interés
Dique El Cadillal en Tucumán
Desde la capital provincial deberá tomarse la Ruta Provincial 9 durante unos veinte kilómetros, para luego empalmar con la RP 347 y finalmente, luego de otros cinco kilómetros, arribar a la localidad.
El embalse cuenta con una superficie de 1283 hectáreas, es alimentado por las aguas del río Salí y se halla enmarcado por los tupidos bosques del Cerro Medici y las Sierras de Medina, que le confieren un encanto muy especial, ideal para disfrutar de inolvidables atardeceres.
Actividades en el Dique El Cadillal
La actividad excluyente y para todas las edades y épocas del año es sin duda el complejo de aerosillas que asciende a lo largo de 600 metros desde la base a la cima del Cerro Medici. A medida que se gana altura se disfruta de vistas más y más panorámicas de toda la extensión del dique y la orografía aledaña.
Además, la pequeña villa ofrece amplias actividades al aire libre, sobre todo ligadas lógicamente a los deportes acuáticos. En sus mansas aguas pueden realizarse paseos en kayak, canoa, catamarán, lancha y banano, windsurf, kitesurf, pesca de pejerreyes y canyoning (barranquismo).
Fuera del agua, en un entorno de cerros de esplendoroso verdor y la panorámica del espejo de agua siempre presente, puede optarse por mountain bike, escalada, rappel y paseos a caballo por las Sierras de Medina, tapizadas de un impactante verdor. Para el relax posterior a la aventura también dispone de bares, paradores, merenderos y campings, todos con magníficas vistas del embalse.
Sobre la ribera del lago artificial se alza un anfiteatro griego y el MAC (Museo Arqueológico El Cadillal), interesante opción que atesora objetos de arte del Norte argentino, pero sobre todo exhibe reliquias de diversas culturas prehispánicas (Tafí, Ciénaga, Candelaria, Aguada, Santa María y Cóndorhuasi).
A solo unos dos kilómetros de allí se ubica el Viaducto El Saladillo —declarado Monumento Histórico Nacional en el año 2000 por tratarse de una de las obras de ingeniería ferroviaria más complejas del país, sin par en Latinoamérica—, con un estilo constructivo que imita los antiguos puentes romanos. Erigido en 1883 utilizando técnicas asombrosas para la época, consta de unos 25 arcos de medio punto con 308 metros de extensión y 30 metros de altura sobre el arroyo Saladillo. Dejó de funcionar en 1927, por lo cual hoy su estructura se amalgama con la espesura de la vegetación circundante.
Concluyendo, a tres kilómetros de El Cadillal está emplazada la Reserva Natural Aguas Chiquitas, unas 740 hectáreas sobre las Sierras de Medina. Su particular relevancia radica en que allí pueden admirarse los últimos vestigios del «bosque de transición», ecosistema prácticamente desaparecido.
Para tener muy presente, solo puede accederse a la reserva a pie desde El Cadillal y es necesario no solo obtener un permiso, sino la presencia de un guía especializado. Dentro de la reserva discurre un río que desemboca formando tres cascadas —una de ellas con más de 40 metros de caída— entre vegetación de variadas especies.
Historia del Dique El Cadillal
La construcción del Dique El Cadillal se inició en 1962, culminándose en 1965. También en 1962 se edificaron las primeras viviendas para alojar a los ingenieros a cargo de la obra, que finalmente dieron origen a la actual villa veraniega.
El embalse tiene una extensión de 11 kilómetros de largo, unos cuatro de ancho y 67 metros de profundidad máxima. Su nombre oficial (Dique Celestino Gelsi) homenajea a un exgobernador tucumano e impulsor de su construcción.
La central hidroeléctrica no solo genera unos 14 MW de energía eléctrica, sino que además alimenta una planta potabilizadora que provee aproximadamente la mitad del agua potable que consume San Miguel y, aguas abajo, se complementa con un dique compensador que posibilita el riego de alrededor de 35.000 hectáreas.
Datos de interés