Diez motivos para conocer Tucumán
Toda selección tiene algo de aleatorio, algo de subjetivo y también algo de injusto. Claro que sí. Plenamente conscientes de ello, a continuación exponemos diez motivos que hacen de Tucumán un destino único. Solo advertirles que los verdes de la provincia —no me refiero a dólares, mates o chistes— están contraindicados para personas enamoradizas.
- La provincia en general y San Miguel de Tucumán en particular poseen no solo una riquísima historia, sino que además diversos hechos acaecidos en «El Jardín de la República» tuvieron repercusión y consecuencias nacionales. El caso más paradigmático, lógicamente, es la Declaración de Independencia del 9 de julio de 1816. Desde esa histórica fecha la Argentina existe como tal.
- Selva de yungas. Ver el esplendor de estas selvas tan particulares ya justifica el viaje. Transitar por rutas y caminos tucumanos que atraviesan zonas de yungas se transforma en una experiencia en sí misma —más allá del destino final—, con la ventaja adicional de que pueden visitarse todo el año y se hallan incluso en las afueras de la capital provincial (Sierra de San Javier, Reserva de Horco Molle, etc.).
- Rutas del vino. Hace apenas dos décadas nadie hubiese podido asociar a Tucumán con la vitivinicultura y las bodegas boutique. Hoy son ya unas 15 las bodegas que producen vinos de exportación de notable calidad, brindan visitas guiadas, cursos, catas y hasta originales experiencias para recorrer los viñedos de toda la región a través de excursiones en mountain bike con guías locales especializados. (Ver más)
- Menos es más. Distancia es una de las palabras claves de la bendición geográfica tucumana. Factor determinante para cualquier viaje, Tucumán hace de la escasez virtud ya que todas las distancias entre sitios de interés de la provincia son muy cortas, lo cual permite aprovechar al máximo cada jornada de estadía.
- Tucumán está llamada a transformarse en un referente nacional del turismo sustentable, no solo por lo que siempre tuvo —una notable biodiversidad y paisajes de ensueño— sino por lo que día a día va sumando: profesionalización del sector turístico, mayor oferta de propuestas de calidad e innovación tanto del sector público como el privado para promoverlo.
- Culturas prehispánicas. La huella de los pueblos originarios de los Valles Calchaquíes perdura a través de una fuerte y marcada impronta en la provincia (Ruinas de Quilmes, Parque de los Menhires, Valle de Tafí —el «Valle Sagrado»— y el fascinante Centro Cultural Pachamama, uno de los mayores atractivos culturales de todo el Noroeste Argentino).
- Tucumán ha mejorado notablemente su conectividad aérea no solo con Buenos Aires sino con el resto de la geografía nacional y países limítrofes, lo cual permite arribar a la provincia en vuelos directos evitando incómodas escalas en la capital del país.
- Parque Nacional Campo de los Alisos. En el marco del Qhapaq Ñan o «Camino del Inca» (que une seis países de Latinoamérica y atraviesa parte del territorio tucumano), el PN Campo de los Alisos alberga a «La Ciudacita», un invaluable yacimiento arqueológico de origen inca —declarado por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad—, con el atractivo adicional que se halla a unos 4.400 metros de altura en un excelso entorno natural.
- Tucumán es una provincia ideal para sacar el máximo partido a los fines de semanas largos y puentes, ya que —alojándose en San Miguel— el visitante dispone de infinidad de paseos y visitas en la capital y sus alrededores que mixturan cultura y naturaleza, optimizando el tiempo de estadía.
- Resulta increíble que la provincia más pequeña del país posea nada menos que 16 microclimas. Es una bendición de la naturaleza que se traduce en la posibilidad de disfrutar de veranos sin demasiado calor (y hasta frescos) o bien inviernos sin demasiado frío. Esto da por tierra con el extendido «mito» del agobiante calor estival de Tucumán. Solo es cuestión de conocer la provincia para entonces elegir la zona ideal para cada ocasión y cada estación del año.
Como canta el inefable Joaquín Sabina, Nos sobran los motivos. Y es que Tucumán es tan pequeña como infinitas las alternativas que ofrece su geografía.